En este relato, Alfredo Álamo Rivero comparte sus recuerdos de infancia en Ayagaures de Arriba, una pequeña comunidad agrícola en Gran Canaria. Allí, la gente se ayudaba mutuamente en las tareas de la agricultura y celebraban eventos sociales como las camisas de piña. Alfredo también habla sobre sus dificultades en la escuela debido a su timidez y problemas de aprendizaje. Después de dejar la escuela, trabajó en diferentes empleos, incluyendo en la construcción y en la recolección de leña y la fabricación de carbón.

La transcripción también incluye historias sobre la atención médica en la zona y sobre la práctica de denunciar a personas durante la posguerra en España. Además, se describe el uso de una caja de muertos en Ayagaures, que era transportada por los vecinos hasta la casa mortuoria en el cementerio de Tirajana para ser utilizada en los funerales. Se relata una anécdota sobre la pérdida de zapatos durante el transporte de la caja de muertos.

También se menciona la historia de la fiesta del Niño Dios en Ayagaures, y cómo la comunidad ha progresado desde entonces en términos de infraestructura y servicios. El pregón de la fiesta es recitado al final de la transcripción. Finalmente, se destaca la importancia de tener voluntad y gusto para seguir las prácticas de los antepasados.