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Vecina de Montaña la Data

María del Socorro San Román describe su experiencia al ser destinada a Montaña la Data como un destino forzoso. Al principio, encontró difícil adaptarse, especialmente porque acababa de casarse y tenía que dejar su casa y su puesto de trabajo en la península. Sin embargo, también tenía curiosidad por conocer algo nuevo y estaba ilusionada por esta oportunidad.

Cuando llegó a Montaña la Data, se encontró con una escuela que carecía de muchos recursos y muebles, como mesas y armarios, y las pizarras estaban pintadas en la pared. A pesar de esto, San Román encontró a los niños del pueblo muy agradables, y sus padres se mostraron muy acogedores durante una reunión a la que asistió. En Montaña la Data, la gente se dedicaba principalmente al cultivo de tomates, pero a medida que el pueblo evolucionaba, cada vez más personas vendían sus tierras y se dedicaban a otros negocios como taxis, tiendas y restaurantes.

En el transcurso de la entrevista, San Román habla sobre cómo ella y otros maestros fundaron una sociedad de vecinos para mejorar las condiciones del pueblo y de la escuela. La sociedad organizaba fiestas y otros eventos en los que los habitantes del pueblo se relacionaban entre sí. San Román describe cómo los niños del pueblo aprendían rápidamente a hablar castellano y cómo muchos de ellos han tenido éxito en sus carreras profesionales. También se enorgullece de haber enseñado a los niños el valor del respeto hacia los demás y la importancia de cumplir con su trabajo en la escuela.

En resumen, la entrevista ofrece una visión de la vida de una maestra en Montaña la Data en los años 70 y cómo su experiencia allí le dejó un impacto duradero en su vida y en la de sus alumnos. San Román describe los desafíos que enfrentó al llegar a la región, así como la bondad y la amistad que encontró allí. También habla sobre el progreso y la evolución del pueblo durante su estancia, así como la importancia del trabajo en equipo y la comunidad para mejorar la vida de las personas.